martes, 26 de mayo de 2009

Reseña Histórica

Las últimas décadas del siglo XIX en la Argentina, y más aun en Buenos Aires, se destacan por la enormidad de cambios que trajeron. El país salía de una tiranía que había durado dos décadas, al mando del nombrado hombre fuerte Juan Manuel de Rosas. Con una libertad renovada, Buenos Aires se alquiló como sede de gobierno, y comenzó a conocerse como La Gran Aldea. Había influjo de inmigrantes a gran escala. Los límites de la ciudad se expandían constantemente. La arquitectura Colonial española se fusionaba con la de los italianos, los franceses y los ingleses. La Avenida más importante de la ciudad, Avenida de Mayo, florecía con numerosos proyectos como el “tramway” de los ingleses. Aquí era donde se encontraba situado el barroco Club del Progreso, donde se fraguó la clase política del país durante muchas décadas. El ambiente de los socios de la elite cuajaba una colorida mezcla de ideales Europeos con aquellos de vida criolla. Presidentes, Gobernadores y Estancieros conspiraban aquí en nombre del Progreso, el ideal del momento.
Durante el siglo XIX, Argentina contaba con una importante población negra que desapareció misteriosamente, creando dudas y motivos improbables entre historiadores y antropólogos. Esta población Afro Argentina desempeñaba un rol importante en la sociedad de esos tiempos y llegó a formar parte de una clase media con su propio periódico, lugares de reunión e incluso una enramada formación política. Es reconocido, que gran parte de la población negra fue enviada a morir en el frente de la llamada Guerra de la Triple Alianza. Con apoyo estratégico y financiero Británico, Argentina, Uruguay y Brasil juntaron sus fuerzas para aniquilar a la nación más desarrollada de la región, Paraguay. Esta guerra duró cinco años, desde 1865 a 1870 con los paraguayos rehusando firmemente a rendirse hasta que la población masculina quedó reducida a una quinta parte. Niños de hasta nueve años de edad eran enviados a morir en batalla con burdos bigotes dibujados con betún para afear sus infantiles rostros.
El año 1870 dio lugar a cambios radicales en Buenos Aires. La música Afro Argentina, el Candombe, se mezcló en las zonas pobres con los ritmos tradicionales traídos por los inmigrantes europeos, fermentando en los cimientos de lo que más tarde sería el Tango. Llegaban los últimos malones de indios a las fronteras de la ciudad, acosando a la civilidad con su invocada barbarie. El transatlántico “América” se hundió en las costas del Río de la Plata. Hacia 1872 la población Argentina, fue fuertemente diezmada por la epidemia de la Fiebre Amarilla. Aunque la plaga aniquiló a gran parte de la población, no logró detener la carrera desbocada hacia el gran Progreso.

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